Instrucción guiada
Ideas Esenciales (Fischer y Frey, 2008)
La instrucción guiada es una metodología que fomenta la independencia del estudiante dando un andamiaje ajustado a sus habilidades y conocimientos actuales. En esta metodología se agrupa a los estudiantes y se utilizan evaluaciones continuas para monitorear su progreso. Se estructura en tres etapas clave: la etapa de recepción, la etapa de transformación y la etapa de producción.
Enfocado a la independencia: La instrucción guiada implica un cambio de roles donde el docente transfiere gradualmente la responsabilidad del aprendizaje al estudiante, fomentando su autonomía y capacidad de autoaprendizaje.
Apoyo a la medida: El profesor sigue la iniciativa del estudiante, ofreciendo guías específicas cada que tiene dificultades y luego las adapta, cambia o retira cuando el estudiante recupera el control.
Andamiaje: Se centra en ofrecer una conexión desde las habilidades o conocimientos actuales de los estudiantes hacia su potencial a través de guías.
Diversidad de guías: Utiliza diversas formas de guía como modelamiento, preguntas, cuestionamientos, pistas, sugerencias, señales, y apoyos verbales y visuales para explorar lo que los estudiantes conocen y desconocen.
Variabilidad en la agrupación: La instrucción guiada es temporal, flexible y sensible, ajustándose a las necesidades de los estudiantes, tanto para los que tienen dificultades como para aquellos que podrían rendir más.
Evaluación Formativa Continua: El proceso de formar grupos y dar andamiaje se da en base a los conocimientos y destrezas que los estudiantes tienen en ese momento, por lo que se debe hacer evaluaciones formativas que no solo verifiquen el producto, si no también el proceso, para hacer estas actividades de manera oportuna y efectiva.
Tiene 3 etapas:
- Recepción: El estudiante aplica la información en tareas de baja complejidad con alto nivel de apoyo y guía del profesor.
- Transformación: El estudiante manipula la información en tareas de moderada complejidad con moderado nivel de apoyo y guía del profesor.
- Producción: El estudiante produce algo nuevo con la información en tareas de alta complejidad con bajo nivel de apoyo y guía del profesor.
Beneficios (Fischer y Frey, 2008)
Independencia: Estimula la independencia de los estudiantes, adaptando la guía y apoyo a medida que adquieren nuevas habilidades y conocimientos para continuamente buscar alcanzar su potencial.
Evaluación continua: Incorpora la evaluación formativa a lo largo de todo el proceso, lo que permite identificar progresos y necesidades del estudiante para ajustar el apoyo y guía proporcionada.
Flexibilidad y adaptabilidad: Permite una enseñanza diferenciada ajustando contenido, proceso y producto según las necesidades de los estudiantes, mejorando la precisión en la enseñanza.
Desarrollo de la metacognición: Los estudiantes aprenden a reflexionar sobre su propio aprendizaje a través de estrategias como el pensamiento en voz alta y análisis de errores, lo que fomenta una mayor autonomía y comprensión.
Promoción de la colaboración: Aunque la instrucción guiada a menudo se realiza en pequeños grupos, promueve la discusión y el intercambio de ideas entre los estudiantes.
Retos (Fischer y Frey, 2008)
Esfuerzo considerable para el profesor: Requiere de profesores altamente sensibles y adaptables para responder a las necesidades de los estudiantes.
Gestión eficaz del tiempo: Necesita un equilibrio efectivo para atender las necesidades individuales dentro de los límites de tiempo de la clase.
Formación continua del docente: Los educadores necesitan desarrollo profesional continuo para implementar esta metodología de manera efectiva.
Evaluación y seguimiento precisos: Necesita una evaluación constante y precisa para adaptar las estrategias pedagógicas y asegurar el progreso adecuado de todos los estudiantes.
Variabilidad de necesidades: Cada estudiante puede requerir diferentes niveles y tipos de guía, lo que puede ser desafiante para aplicar en grupos grandes o muy heterogéneos.
Reflexión
Esta metodología es especialmente útil porque no se centra únicamente en un tema específico, sino que puede aplicarse a prácticamente cualquier área de estudio. La instrucción guiada es particularmente efectiva porque brinda ayuda a los estudiantes en la medida que más lo necesitan, permitiéndoles alcanzar su potencial de manera eficiente y con menos frustración. Además, el uso de evaluaciones continuas asegura que no se agrupen estudiantes por mucho tiempo ya que conforme van adquiriendo nuevas habilidades y son evaluados en distintas destrezas y conocimientos, pueden reagruparse y aumentar su interacción con diferentes compañeros, siempre con el objetivo de proveer las herramientas necesarias para su aprendizaje (Fischer y Frey, 2008).
Creo que la parte más compleja de esta metodología es la planificación e implementación, ya que requiere diferenciar las estrategias de enseñanza para que los estudiantes en los tres niveles puedan alcanzar el mismo objetivo mediante caminos distintos. Este desafío es considerable, pero los beneficios que proporciona, como una mejor comprensión del tema por parte de los estudiantes, hacen que el esfuerzo valga la pena.
Referencias
Fisher, D. B. y Frey, N. F. (2008). Better learning through structured teaching. ASCD. (Capítulo 3)